La tierra de la felicidad

Creo que tenia 9 años cuando escuche aquella historia, trataba de un lugar escondido llamado "la tierra de la felicidad." Un espacio verde, donde la paz reinaba y el silencio retumbaba entre las montañas, un lugar donde el odio y la ambición no existían. A medida que fui creciendo, me iba decidiendo cada ves mas a buscar dicho lugar, porque la realidad que me tocaba enfrentar no era la deseada.
Emprendí mi viaje a Los 18 años, mis amigos me tildaban de loco, de que no existía tal lugar, pero yo estaba convencido de que algo encontraría.
Pase 40 años de mi vida fuera de todo lo que me pudiera llegar a resultar familiar, atravesé la profundidad de los bosques, la soledad de los desiertos, la inmensidad de los mares, cruce por cielo, agua y tierra y conocí millares de personas y de historias, pero nada que se acercara a la tierra de la felicidad. Muchos quisieron que renuncie, muchos me animaban a seguir buscando, pero no podía abandonar , debía encontrar aquel lugar para vivir en paz.
 Me acostumbre a vivir como viajero y cuando parecía que nunca llegaría, se alzaba frente a mi el mas bello de las paisajes. Montañas empinadas, cascadas y ríos que desembocaban en extensos bosques, animales y plantas por doquier, creí sin duda que era ese el lugar. Recorrí rapidamente en busca de algún indicio mas allá de la belleza, que demostrara realmente que esa era la tierra de la felicidad. Pare exhausto frene en un lago y me encontré con la sorpresa de que un anciano pescaba en el. Notó mi presencia pero en ningún momento mostró interés por verme, parecía no interesarle  mi llegada. El estaba en el centro del lago, con su vote y su caña. Me acerque a la orilla y le pregunte casi gritando:
- ¿Tu vives aquí? - Pero pareció no escucharme, seguía atento a su caña.
- ¿Es acaso esta la tierra de la felicidad?- Cuando termine esa nueva pregunta, frenó su caña y la apoyó sobre el vote, tomo los remos y navego hacia mi dirección.
-¿Buscas la tierra de la felicidad?- Me pregunto con una voz aspera.
-¿La conoces?- Le pregunte.
-Viví mucho tiempo en su búsqueda hasta que la encontré, me tomo toda una vida encontrar lo que muchos mueren sin entender-
Quede perplejo, al fin un posible testigo. Impaciente volví a preguntar en busca de alguna especie de ayuda: -¿es aquí verdad?-
-No aquí no hay mas que silencio-
-¿Sabe donde queda, tiene algún mapa, algo que me guié hacia ella?-
Me pidió que lo siga, me mostró un sendero y me dijo que valla por el, que me llevaba directo a la tierra de la felicidad y que en el camino encontraría mas respuestas a preguntas que luego al llegar me haría.
Tarde 20 años en ir y 20 años en regresar. A medida que llegaba a destino los caminos me sonaban mas familiares, como una especie de sueño ya soñado o una predicción de mi futuro, pero para mi sorpresa no era una predicción ni indicios del destino, era mi hogar de nuevo al que había llegado, mi ciudad, mi gente y es que sin darme cuenta, obsesionado por mi viaje había vuelto por la misma dirección por la que fui.
 Mi desilusión era tremenda, llegue a odiar a ese anciano que me había hecho perder 20 años de mi vida en volver al hogar, pero para mas sorpresas aun, me encontré nuevamente con el en una plaza que solía visitar en busca de pastos verdes y un poco de paz.
-¡Oiga!, yo lo conozco- Dije molesto. -Usted me prometió llegar a la tierra de la felicidad y solo me ha enviado a mi hogar, ¿acaso ha jugado conmigo?-
Con la misma tranquilidad con la que me hablo hace 20 años, me respondió.
- De regreso a tu casa has pasado por ella, pero estabas tan cerrado en tu destino en la meta final, en tu objetivo, que se te olvido frenar y observar alrededor-
- Pero de regreso no encontré nada que me diera indicio de que así fuera-
-Te equivocas, muy a pesar de tu ambición por llegar a destino, durante 20 años de tu vida, experimentaste esa sensación de felicidad, te excitaba la idea de saber que había un lugar mejor y fuiste durante todo tu viaje de ida y de vuelta una persona feliz en busca de su objetivo. Cuando llegaste la felicidad se esfumo porque ya no tenias nada que buscar estabas en el lugar, y ese simple hecho de estar parado ante tanta inmensidad no representaba nada para ti, pero tu camino era la tierra de la felicidad no tu destino, la felicidad no esta fija en un lugar, nada es eterno, todo se transforma.-
Comprendí aquel entonces que mi vida cambiaría para el resto de mis días y que ya no vería las cosas con la misma ambición y el ahora y el andar, eran mas importante que buscar algo meramente material como un pedazo de tierra donde vivir en paz.