Una mano extendida y un puño devuelto

Un camino hacia la verdad

¿Que tal si dejamos atrás aquello que toda tu vida te has convencido a llamar realidad?
¿Que te parece si te invito a recorrer un camino, donde no existen limites y paso a paso aprendes a encontrarte vos mismo?
Donde nadie va a decirte que hacer y que no hacer, porque tu alma va a ser tu guía y el corazón tu mente.
 Te doy mi mano y te prometo que no vas a perderte, estamos recorriendo estos senderos durante años y es hora de mostrarle a la humanidad sus verdaderos ojos.

Gaia

Gaia, flujo y fuerza energética de nuestro planeta, nunca tan potente como el sol, pero suficientemente importante como para crear vida. A medida que su fuego en fría hacia el exterior se forman las capas terrestres. No lo creíamos hasta que lo vimos aquella noche cerca de nosotros con un planeta vecino. Ahí nos dimos cuenta que todo es energía, todo fluye, todo se transforma y que todos somos hijos de esta fuente energética todos somos energía. De ella nacen los elementales que cuidan de la naturaleza y los grandes espíritus protegen el equilibrio.

El lenguaje del alma

En nuestro mundo la comunicación con otros seres es fundamental, para aprender y desarrollarnos tanto física como mentalmente. Aprendemos a hablar con el lenguaje del alma, aquel que las palabras no pueden entender y solo el corazón puede descifrar. Todos los seres son maestros, todos tienen algo que aportar y nosotros mucho que aprender de ellos.

Viejos senderos

A veces es necesario volver a recorrer senderos ya caminados, y reparar en aquellas cosas que por otras no valoramos.
A veces es necesario volver a recorrer senderos ya caminados, para no olvidar lo que aprendimos y quienes somos, a tanta experiencia siempre se nos escapan cosas y a veces es bueno volver a lugares familiares, para reencontrarnos con aquellos paisajes y aquellas personas que marcaron una etapa importante en nuestra vida, mas halla de si ellos te recuerdan o no, nunca es tarde para volver a sacar una sonrisa.
 Cuando el cielo se tiñe de colores y el aire huele a aromas que ya habías sentido en momentos anteriores, el placer es enorme y sientes como la energía vuelve a fluir.
 La vida de un guerrero nunca es la de nuestros compañeros, siempre caminando y atravesando nuevos senderos, forjando su propio destino y alimentando el alma con nuevos sueños. Pero todo aquello que marco algo importante en nosotros, nunca se olvida y siempre quedará, se transforma en nuestro escudo y ya nada es igual, tu decides que es lo que te va a lastimar y que aceptaras y dejaras ir, porque empezaras a darte cuenta que eres parte del mundo, y el mundo no piensa, no se pone a reparar en si esto es bueno o esto es malo, simplemente fluye y fluir es el destino de todo guerrero.

Dedicado a todas las personas del sur que me acompañaron durante esa etapa de transformación.