En nuestro mundo mora la sabiduría infinita. Los arboles, los ríos, las montañas, los valles y todas las formas de esta tierra cuidan de ella. Al hombre se le dieron los pies, porque carece de sabiduría, y debe realizar su propio viaje en busca de ella, para alcanzar la luz y abrir su ser. A su paso debe entender que es un simple caminante y que todo lo que lo rodea es igual importante que el. Algunas veces perderá de vista cosas importantes que aprender, es tanto que es difícil verlo todo, he ahí lo que hace a cada ser diferente, reparar en cosas que no todos ven, y compartir luego la experiencia juntada. Así nace la aventura de un guerrero.
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