Es increíble lo dormido que puede estar uno, lastima que tuve que golpearme fuerte para comprender que la realidad no era lo que pensaba, solo así cambio mi forma de percibir las cosas, las puertas de mi alma se abrieron de para en par y finalmente logre entender de que se trataba la vida. Ese bosque lo había recorrido unas 60 veces, pero nada se comparaba con esta ultima, ver luz donde antes había oscuridad, ver vida donde antes solo veías cosas inertes. Recuerdo que le escapaba a los insectos y cualquier ruido que no acostumbraba a escuchar era signo de miedo y de alerta. Pero esta vez nada me molestaba, el bosque y yo eramos uno, los arboles y yo eramos uno y los insectos ya no me molestaban, porque yo los apreciaba y ellos solo husmeaban y se marchaban. A partir de ahora he decidido quedarme en este mundo, y desde aquí lucho por un sueño y es que la humanidad pueda ver con los ojos del alma sin necesidad de pasar por cosas malas para poder disfrutarlo.
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