En dorada barquilla
boguemos por el cielo.
(Languidece la tarde en enorme boztezo,)
La barquilla va rumbo
al país del ensueño.

Atrás quedan las costas
de la tierra en que el tiempo
mide el día y la noche
con su preciso péndulo;
en que hay escuelas y aulas
y libros y maestros
que solo nos enseñan
el idioma imperfecto
con que las gentes hablan
para no estar de acuerdo.

La barquilla nos lleva
al país del ensueño

Nos esperan allí:
elegante el conejo;
asustado el Ratón;
el Lagarto, ingenuo;
la Oruga, pensadora;
el Gato, sonriendo;
la Liebre, gran señora;
el vulgar sombrerero;
la llorona tortuga;
el Liron soñoliento;
las Langostas danzantes;
el Grifo, tan severo,
y la Reyna y el Rey
con todo su cortejo.

Tras el velo del párpado
el mundo extraño y nuevo.

Ten ojos cerrados
hasta que sople el viento
y eche abajo el castillo,
Alicia, de tu sueño...

Lewis Carroll.